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En Melilla el mar es protagonista durante todo el año. No es extraño por tanto que esta ciudad destaque, entre sus atractivos, por los deportes náuticos y las actividades al aire libre.

Melilla está alcanzando una muy buena reputación como anfitriona de la «Semana Náutica Ciudad de Melilla», en la primera quincena del mes de agosto y catalogada de Alto Nivel por la Real Federación Española de Vela.

Melilla es además un fantástico puerto para los amantes de la pesca submarina. La costa africana del Mediterráneo es uno de los lugares más bonitos para practicar este deporte, y existen muchas más especies de peces que en la costa europea. El viento reinante en Melilla es esencial para la pesca. En el mar de Melilla los aficionados a la pesca submarina encontrarán no sólo especies de meros, abadejos, sarguitos o doradas de hasta 3 ó 5 kg., sino también una muy buena claridad que permite realizar bellísimas excursiones por los fondos marinos.

En la actualidad, el Puerto Deportivo Noray ofrece a los usuarios toda clase de servicios al más alto nivel. Está situado al sur de las instalaciones portuarias y dispone de capacidad para amarrar (puntos de atraque) 339 embarcaciones deportivas y de recreo (de esloras entre los 6 y 24 metros). En la zona anexa se ofrece a los navegantes toda clase de servicios.

Para los que les gusta el baño tranquilo o las actividades propias de playa, Melilla cuenta con dos kilómetros de playas de arena muy fina, bañadas por las seguras aguas del Mediterráneo. Las playas de Melilla han sido galardonadas por la Unión Europea con la Bandera Azul que certifica su calidad. En calas y playas se puede disfrutar de la aventura de coger una moto acuática, del esquí acuático, y practicar todo tipo de deportes con un claro protagonista: las cálidas aguas del Mediterráneo.

Bucear en Melilla y en sus proximidades puede ser una experiencia inolvidable; sus aguas claras y de temperatura agradable todo el año, y sus fondos rocosos rebosantes de vida, invitan a sumergirse para contemplar la diversidad de formas y adaptaciones de los seres vivos marinos a este medio ambiente fluido.

Las inmersiones se pueden llevar a cabo en las aguas que bañan la ciudad y en la zona limítrofe con Marruecos (Aguadú, Plancha Roja) o a lo largo de la costa del enorme accidente geográfico que constituye el Cabo Tres Forcas (Punta Bermeja, Cala Blanca, La Mina, Los Farallones, etc).

Otra posibilidad es acercarse para visitar (previa obtención de las autorizaciones correspondientes) al archipiélago de las Chafarinas, distante unas veintisiete millas náuticas al este de la ciudad española; o la isla de Alborán, de la que el Cabo Tres Forcas representa la porción de tierra firme más próxima y Melilla la ciudad más cercana.

Para los amantes de la apnea, el «snorkel» (contemplar los fondos marinos desde la superficie, provistos de gafas y tubo, respirando en todo momento y sin sumergirse), para los que están comenzando a aficionarse al mundo marino y para los adolescentes y gente menuda que se inicia en el buceo, atraidos por el Gran Azul, un lugar ideal, además de todos los propuestos a lo largo de Tres Forcas, es la albufera conocida como la Mar Chica, un mar interior ubicado junto a la ciudad española, pero ya en territorio marroquí.

Todavía, en ocasiones, los fondos marinos cercanos a Melilla siguen deparando algunas sorpresas, como la que ocurrió hace algún tiempo, cuando unos pescadores submarinos encontraron los restos de un antiguo galeón del s.XVII ó XVIII. El pecio, localizado a unos siete kilómetros al este de la ciudad de Melilla, está compuesto por parte de la quilla del buque, nueve cañones de 340 cm de largo, tres anclas de tres metros y medio de caña, balas de cañón de nueve libras, una vieja polea o motón y varios cañones algo más pequeños.